Los desechos biodegradables incluyen cualquier materia orgánica en los desechos que se puede descomponer en dióxido de carbono, agua, metano, compost, humus y moléculas orgánicas simples por medio de microorganismos y otros seres vivos mediante el compostaje, la digestión aeróbica, la digestión anaeróbica o procesos similares. Incluye principalmente residuos de cocina (comida en mal estado, recortes, partes no comestibles), cenizas, tierra, estiércol y otras materias vegetales. En la gestión de residuos, también incluye algunos materiales inorgánicos que pueden ser descompuestos por bacterias. Dichos materiales incluyen yeso y sus productos, como placas de yeso y otros sulfatos simples que pueden ser descompuestos por bacterias reductoras de sulfato para producir sulfuro de hidrógeno en condiciones anaeróbicas de vertedero.[1][2]
En la recogida de residuos domésticos, el alcance de los residuos biodegradables podrá limitarse para incluir únicamente aquellos residuos degradables que puedan manipularse en las instalaciones locales de manipulación de residuos.[3]
Los desechos biodegradables, cuando no se manejan adecuadamente, pueden tener un impacto enorme en el cambio climático, especialmente a través de las emisiones de metano de la fermentación anaeróbica que produce gas de vertedero. Otros enfoques para reducir el impacto incluyen reducir la cantidad de desechos producidos, por ejemplo, reduciendo el desperdicio de alimentos.
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